Viaje Arquitectura UDLA a Buenos Aires: El Cruce de la Cordillera

Todo el que ha cruzado la Cordillera de los Andes, por tierra o por aire, se asombra ante la monumentalidad inconmensurable del espectáculo que la naturaleza ofrece a sus ojos. La piedra denuda y áspera, la nieve blanca, cegadora, eterna, y quien ha tenido la fortuna de ver el majestuoso vuelo de un cóndor solitario recortándose contra el azul impoluto del cielo, no olvidará nunca esa imagen, tan propia, tan nacional, la misma que inspiraría a Bernardo O’Higgins, quien junto al Ejército Libertador cruzara por el paso que lleva ese glorioso nombre, a lomos de caballos, con abrigos precarios y pesados cargamentos, para imponer en nuestro escudo patrio la imagen del ave negra y blanca, y de cuello rojo, como un símbolo más de la patria.

Imposible no traer a la memoria el cuadro de Julio Vila y Prades, quien representa, magníficos en su heroica travesía, a los hombres que pusieron los cimientos de nuestras patrias sudamericanas, Don Bernardo O’Higgins Riquelme y Don José de San Martín.

El paso del Ejército Libertador por la cordillera de los Andes, Julio Vila y Prades (1873 – 1930)

Vicisitudes más, vicisitudes menos, cansancio, sueño, calor, frío, tedio, paradas y bajadas, partidas repentinas, pero en el corazón la alegría de estar ante tan soberbio espectáculo, que, a diferencia de aquellos remotos tiempos, hoy exhibe la ciclópea obra del ingenio humano que se impone a tan hermoso como hostil monumento de la naturaleza, y que hoy nos conduce a un destino promisorio: La Capital Federal de la República Argentina.

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